En 2012 hemos presenciado una importante escalada de la lucha contra el capitalismo: la convocatoria, sin precedentes, de dos huelgas generales en el mismo año, la huelga de los mineros, las protestas en educación, el movimiento anti-desahucios, y para terminar el año las ocupaciones y huelgas en hospitales públicos madrileños. Queda claro que aunque la clase capitalista ha sido sacudida por estos enormes movimientos, no ha sido apartada de su programa de austeridad.
Esta crisis del capitalismo tiene proporciones históricas. Es la crisis que va a marcar a una generación y ha abierto un periodo de grandes acontecimientos revolucionarios y levantamientos alrededor del mundo; la que ha transformado la sociedad española post-transición y descubierto sus fallas y mentiras.
Todos los indicadores económicos apuntan, como mínimo, a un periodo de inestabilidad económica en el mundo, sin crecimiento sostenible, con recesiones, estancamientos y en general con perspectivas sombrías para el capitalismo. No puede haber armonía social con estas condiciones, especialmente cuando los intereses de las clases dirigentes son los únicos que importan y los gobiernos se doblegan para complacerlos a ellos y a sus mercados.
En enero de 2013 el gobierno predijo una recuperación de la “confianza” y probablemente un pequeño crecimiento del empleo para finales de año. Esta promesa (que contradice a los economistas capitalistas más significativos, incluido el FMI) es como una gota de agua en un océano de miseria. Este anuncio llegó al mismo tiempo que Amancio Ortega, el magnate de las tiendas de moda, se convertía en el tercer hombre más rico del mundo con una fortuna de más de 43.300 millones de euros. El capitalismo está podrido desde su raíz, pero los multimillonarios continúan enriqueciéndose mientras la clase trabajadora paga por la crisis. Está claro que necesitamos una alternativa al capitalismo, basada en un gobierno que luche por los intereses de los trabajadores.
Aunque no habrá elecciones próximamente muchas personas apoyan la idea de derrocar el muy impopular gobierno del PP. Pero el PSOE comparte esta impopularidad al haberse mostrado como poco más que una burda imitación del PP. A pesar de sus discursos de “renovación”, como partido del capital no puede ofrecer una alternativa a los trabajadores en este periodo de recesión y austeridad.
Nuevas oportunidades
Tenemos que reconstruir organizaciones que sean capaces de responder a los desafíos de la lucha. El nivel de lucha en general no se ve reflejado en los niveles de organización y de conciencia política necesarios para esta alternativa. La horrible degeneración y caída de los llamados “países comunistas”, los fracasos de la socialdemocracia, la táctica de la paz social de los sindicatos mayoritarios, y un abandono general del objetivo de una sociedad socialista han debilitado las luchas de hoy, lo que significa una ventaja para el capitalismo. La clase trabajadora ha visto como muchos de sus partidos tradicionales se volvían contra ellos, mientras que fuerzas genuinas de izquierdas han pasado décadas en una posición que no les permitía desafiar al poder y cambiar la situación.
Pero siempre se dan oportunidades y nuevas experiencias se suceden alrededor del mundo y, en particular, en Europa. La clave de estos acontecimientos está en Grecia, donde existe la posibilidad de la formación de un gobierno de Syriza. Pero también las elecciones en el País Vasco, Asturias, Andalucía y por último Cataluña han mostrado el potencial de la izquierda. Por ejemplo, en muchas zonas de Barcelona, el voto combinado de IVC-EUIA y CUP los colocaba en segundo lugar en las elecciones. Aunque solamente sea una realidad matemática, es una señal de lo que podría suceder pronto. La verdad objetiva es que una gran fuerza de la izquierda es posible, tanto electoralmente como en la calle, si se organiza correctamente.
Pactos electorales y presiones sobre un gobierno de izquierdas
Con su apoyo a nivel estatal y sus numerosos militantes, IU tiene el potencial de ser un vehículo de la lucha por un gobierno de los trabajadores. Pero también, debido al enfoque erróneo de sus líderes, a menudo no responde a las aspiraciones de este momento. Con frecuencia entra en pactos y coaliciones que la arrastran a implementar recortes de la derecha y dificultan su crecimiento. Por eso para muchos aparecen como un apéndice a la izquierda del monopolio electoral bipartidista. Cualquier victoria o representación ganada en las elecciones por la izquierda debe utilizarse fundamentalmente como una plataforma para la construcción del movimiento en las calles y en los centros de trabajo. La lucha por las verdaderas necesidades y aspiraciones de la clase trabajadora y el poner sus necesidades por encima de las de la clase capitalista son las bases sobre las que IU y las fuerzas de izquierda podrían ganar gobiernos locales y autonómicos. Estos gobiernos, al rechazar los programas de austeridad y luchar por políticas socialistas alternativas podrían ser un precedente para todo el estado. Inevitablemente gobiernos como estos chocarían duramente con el estado capitalista al tener intereses opuestos y esta situación exigiría una solidaridad masiva de la clase trabajadora. Este proceso aún no se ha dado aquí pero se está desarrollando en Grecia. A este respecto, el potencial de IU convierte en una tarea crucial la lucha de aquellos que intentan empujarla a la izquierda desde dentro.
¿Es posible un gobierno de los trabajadores en Grecia?
Grecia es el escenario donde se han representado los verdaderos horrores de la austeridad (y donde se juega el futuro de España). En las últimas elecciones Syriza, una nueva coalición de izquierda, no quedó primero en las elecciones por un margen muy estrecho, y esto basándose en un programa anti-austeridad (http://srev.blogspot.com.es/201z2/06/elecciones-griegas-la-mayoria-vota.html). Esta cuasi-victoria ha causado un gran impacto en todo el mundo, ya que por primera vez un gobierno genuinamente de izquierda, incluso con grandes defectos, era posible en Europa.
Está claro de que ya sea dentro o fuera del euro, bajo el capitalismo Grecia continuará en crisis. Y es posible que en un futuro cercano las elecciones traigan una victoria para Syriza. Esto tendrá un gran impacto en todos nosotros y podría convertirse en un ejemplo de resistencia, pero igualmente podría ser un obstáculo adicional si Syriza no es capaz de tomar las medidas necesarias para transformar la sociedad, y potencialmente podría relanzar el peligro real del partido fascista “Amanecer Dorado”, que también ha crecido últimamente.
Los trabajadores griegos saben que su lucha no es solamente griega sino internacional. Cualquier gobierno de izquierda en Grecia necesitaría la solidaridad internacional de los trabajadores para sobrevivir. Los acontecimientos en Grecia podrían impulsar una genuina oposición de los trabajadores en este país. Aunque el carácter de estos acontecimientos varían de país en país, los mismos fundamentos políticos se aplican ya a la mayoría de los países del sur de Europa y también en cierta medida al norte de Europa. Por lo tanto, las perspectivas y lecciones sobre cómo conseguir un gobierno de los trabajadores en Grecia afecta a nuestros debates en el estado español.
Unidad y programa
La unidad de la izquierda y su programa son factores claves. Dentro de IU es necesaria una lucha seria para conseguir una estrategia capaz de poner a IU en el centro de la lucha por un gobierno de los trabajadores. IU no es sin embargo la única fuerza, lo que es más, no aglutina a los mejores militantes que ya están en lucha en estos momentos. Se necesita un nuevo reagrupamiento amplio de la izquierda y discutir abiertamente qué programa se necesita para animar a la mayoría de los militantes a unirse, junto con las decenas de miles de nuevos activistas de la clase trabajadora. Éste proceso no significa unir a un grupo con otro, sino forjar una verdadera unidad de clase trabajadora alrededor de algunas demandas claves.
La iniciativa 1000 en Grecia
La izquierda griega está muy dividida a pesar del surgimiento de Syriza como una fuerza potente. Esta división, que frecuentemente presenta aspectos sectarios muy negativos (especialmente por parte del KKE – Partido Comunista de Grecia – que ha rechazado incluso hablar con Syriza), es ahora un tapón para el desarrollo de la revolución griega. Uno de los intentos recientes más audaces para unir a la izquierda griega es la Iniciativa 1000 en la que Xekinima, CIT en Grecia, juega un importante papel. La Iniciativa 1000 tiene como objetivo unir a la izquierda alrededor de demandas clave para romper con el capitalismo sin que sea necesario romper con las organizaciones de las que ya se forma parte. La idea es la de construir un bloque revolucionario para poder actuar en la situación, orientándose hacia Syriza como fuerza principal y organizándose en torno a sus militantes. Algunas de las demandas principales son: no al pago de la deuda, y nacionalización de los bancos y de los sectores claves de la economía bajo el control y gestión democrática de los trabajadores (se puede encontrar información aquí). Un gobierno de izquierda que movilice a la clase trabajadora para luchar por estas políticas podría dar lugar a una ruptura con el poder de la troika capitalista (FMI, BCE y UE), y abrir el camino hacia una sociedad socialista, por la que se deberá luchar en toda Europa. Estas demandas son similares a las que serían necesarias en el estado español, con diferencias obvias particularmente alrededor de la cuestión nacional.
Mientras la lucha se intensifica, la necesidad de un brazo político para ésta se vuelve crítica, aunque en la mayoría de los casos aún no existe. La formación de esta organización no debe basarse solamente en cuestiones programáticas, o en una lista electoral unida que resulte atractiva, sino que debe formarse sobre el desarrollo de la lucha en la calle.
Qué se consigue con una huelga general y qué se podría conseguir
Una de nuestras mayores armas es la huelga general. Por ejemplo, las últimas elecciones catalanas fueron empujadas a la izquierda por la huelga general de noviembre. La huelga general une a todos los trabajadores en una lucha común y si se utiliza correctamente puede conseguir victorias. Se la teme profundamente dentro de los círculos capitalistas porque debilita su propia existencia. Reúne la naturaleza colectiva de la clase trabajadora y de esta manera eleva su conciencia. Por esta razón debe ser utilizada con sumo cuidado.
En las manos de los líderes de los sindicatos mayoritarios, es como tener una pistola y dispararla contra el suelo: mucho ruido pero nada más. Su demanda de referéndum no tuvo ningún poder una vez que fue rechazada. Se podría trazar el camino con una escalada de las huelgas generales hasta que el gobierno de austeridad del PP sea derrocado y con el objetivo de reemplazarlo por un gobierno de los trabajadores.
SR llegó a la conclusión de que el gran éxito de la huelga general del 29M podría haber seguido creciendo en mayo con otra huelga general de 48 horas, que habría sacudido al gobierno hasta sus cimientos. Finalmente, la presión consiguió la convocatoria de otra huelga en noviembre. Sin embargo, las huelgas generales todavía se usan como una válvula de escape para la rabia, en lugar de como una herramienta para conseguir un objetivo. El objetivo que tienen los actuales líderes de los sindicatos mayoritarios es permanecer dentro de las fronteras del capitalismo, y no tienen ninguna confianza o intención en actuar de manera diferente. Su estrategia, por lo tanto, está completamente derrotada. El actual nivel de la crisis hace que los días de amenazas y negociaciones de los sindicatos, como los que se dieron durante la transición, hayan terminado hace mucho.
Nuestro movimiento está creciendo en madurez. En la situación actual la necesidad de una huelga general de 48 horas está muy presente, no es solamente es planteada por SR y podría materializarse próximamente. Grecia ya ha tenido más de 20 huelgas generales en los últimos dos años, tres de ellas de 48 horas. Aún así, Grecia no ha conseguido detener la austeridad, debido a la falta de una expresión política clara por el momento que represente los intereses de los trabajadores, aunque sí ha logrado llevar la lucha a un nivel más alto.
Huelga general indefinida y revolución
Algunos sectores de la lucha demandan una huelga general indefinida y, de hecho, en Grecia se está convirtiendo en una demanda clave, que va ligada a la lucha política, las ocupaciones y las numerosas huelgas generales de los últimos años, incluyendo las de 48 horas. Pero los eslóganes, tácticas y su éxito están completamente ligados a la elección del momento oportuno. Creemos que en el clima actual en España es muy posible una huelga general de 48 horas. Pero una huelga indefinida es algo para lo que hay que estar preparado y una convocatoria inmediata iría demasiado por delante de la conciencia actual. Es verdad que una huelga general de 48 horas no garantizaría el éxito, pero sería un paso para la intensificación de la lucha. La huelga general indefinida tiene un carácter insurreccional porque plantea la cuestión de quién hace funcionar la sociedad y de la toma del poder por los trabajadores. Sin embargo, la lucha no ha llegado al nivel suficiente de madurez, ni estamos políticamente preparados para una huelga como ésta. Por eso es necesario construir una organización masiva de la izquierda capaz de organizar una huelga indefinida y un liderazgo sindical con visión de futuro que pueda escalar la lucha.
Un núcleo revolucionario organizado para el movimiento
La construcción de un partido de masas de los trabajadores para luchar por el poder será una tarea difícil y posiblemente se presentarán muchos problemas en el camino. Para asegurarnos el éxito debemos intentar armarnos con las mejores ideas. Nosotros pensamos que la construcción de un núcleo revolucionario basado en el marxismo es una parte esencial de esta tarea, y nuestra mejor oportunidad para evitar errores. Esperamos construir con otros con las mismas ideas este núcleo, y traer con nosotros la experiencia compartida del CIT, nuestra organización internacional.